La Sagrada Piedra Dorada del Olimpo

El libro sagrado del Guadramurguismo, la religión de Guadramurgo Hiychiyrrriytszkquiyh.

Antiguo Testamento

Libro de Dios

(1) 1-2En el principio, antes de cualquier forma, antes de cualquier nombre, existía un ser que no se podía nombrar. 3No tenía rostro ni forma, pero su presencia llenaba el vacío. 4Este ser no vivía en el cielo ni en la tierra, 5pues no existía un lugar en el que pudiera morar. 6Estaba en todo y, al mismo tiempo, no estaba en nada. 7Y este ser, conocido solo como "Dios", decidió crear el mundo. 8-9No lo hizo porque lo necesitara, sino porque el vacío le resultaba insostenible. 10De su mente, sin palabras ni sonido, surgió la materia, la energía y el espacio. 11-13En ese vasto vacío, dio vida a Walter e Isabel, seres simples y humanos, que vivían en un oasis escondido en medio del desierto, 14rodeados por las arenas calientes que parecían sus únicas compañeras.

(2) 1-2Dios observó a Walter e Isabel desde un lugar imposible de encontrar, 3y vio que eran felices, pues en su ignorancia vivían en paz. 4-5Pero, en un momento de curiosidad, Walter lanzó una piedra a un árbol y cayó una pera. 5Esto hizo que el equilibrio se rompiera. 6-7El acto de Walter no fue pecado, pero fue la primera chispa que desató la furia del creador. 8Dios, enfadado, miró desde su no-lugar y decretó que el oasis desapareciera. 9Las aguas se evaporaron, la fruta se marchitó, y el calor del desierto aumentó. 10-12Walter e Isabel, al verse despojados de todo, fueron dejados a su suerte, perdidos en la vastedad de la arena infinita. 13Y así, el primero de los hombres y la primera de las mujeres, vagaron por la aridez del desierto, sin rumbo ni esperanza. 14Walter, al ver lo que había sucedido, sintió que el peso de su acto lo ahogaba. 15-16Pero Isabel, con fe en algo que aún no comprendía, le dijo: “Quizá, en algún lugar, aún hay algo que nos guíe, algo que nos observe y nos cuide.”

(3) 1-3Pasaron los años y Walter e Isabel fallecieron, dejando a su hijo, Guadramurgo, huérfano en un mundo que no ofrecía respuestas fáciles. 4Él, ahora solo, decidió emprender un viaje, 5buscando algo más que la muerte de sus padres. 6-7Y así comenzó la travesía de Guadramurgo, el que no temía el desierto, sino lo que podría haber más allá de él.

Libro de Éufrates

(1) 1-2Guadramurgo, con el paso de los años y después de enterrar a sus padres en la arena, tomó su primer paso fuera del desierto. 3-4Acompañado de algunos discípulos que fueron tocados por sus palabras, se adentró en tierras desconocidas. 5-7Viajaron juntos, movidos por la esperanza de hallar un lugar en el que pudieran vivir libres de la angustia de la incertidumbre.

(2) 1Durante su viaje, llegaron a las orillas del río Éufrates. 2El agua que fluía parecía prometer una vida más rica, 3más fértil que la que habían conocido en el desierto. 4-5Sin embargo, lo que parecía ser un símbolo de salvación, pronto se convirtió en una prueba. 6-7El río, que hasta ese momento había sido sereno, comenzó a desbordarse de manera inesperada. 8El agua arrasó con todo a su paso, 9y varios discípulos de Guadramurgo perecieron en su furia. 10-12Guadramurgo, aferrado a una roca en medio de la tormenta, no podía dejar de preguntarse: ¿Es esto una señal de Dios? ¿Es este el juicio sobre sus acciones? 13En su desesperación, rezó, pidiendo una respuesta, una guía. 14La respuesta no llegó de inmediato, pero algo cambió dentro de él. 15Por un momento, el mundo pareció detenerse. 16La tormenta se calmó y el agua comenzó a retroceder. 17-18Guadramurgo sobrevivió, y con ello, también sobrevivieron los que estaban a su lado. 19Al igual que antes, no hubo señales claras, pero hubo perseverancia. 20Él entendió que no todo en la vida se da en un instante, 21sino que las grandes respuestas requieren tiempo y reflexión.

(3) 1-2A partir de ese momento, Guadramurgo comenzó a predicar una nueva visión. 3Decía: "No siempre se sabe de dónde viene la tormenta, ni cómo se calmará. 4Pero la perseverancia en la lucha es lo único que puede traer la verdadera paz. 5-8Si seguimos adelante, si no nos dejamos vencer por la adversidad, tal vez encontremos aquello que buscamos, aunque no siempre sea lo que esperamos." 9Y así, Guadramurgo y sus discípulos siguieron su marcha. 10En su mente, comenzaba a formarse una nueva comprensión de lo divino. 11-12No era un ser lejano que castigaba o premiaba, sino una presencia que observaba el esfuerzo humano, 13que estaba más allá de las tierras fértiles o las tormentas. 14Un dios sin forma, pero con propósito. 15-16Un dios que premiaba la persistencia, la lucha y el espíritu indomable. 17"Si existe un dios", dijo Guadramurgo, 18-20"es aquel que no se muestra en momentos fáciles, sino que se encuentra en el corazón de la adversidad."

Libro 1 Andrés

(1) 1-3Tras haber cruzado las vastas tierras del desierto, Guadramurgo y sus discípulos llegaron a lo que ahora se conoce como Turquía. 4-5Habían recorrido largos caminos, enfrentado tormentas, y sorteado todo tipo de obstáculos, 6pero su fe y su determinación los mantenían firmes. 7Sin embargo, no había señales claras de que sus esfuerzos los llevaran a un lugar mejor, 8y el peso de la duda comenzó a pesar en el corazón de algunos.

(2) 1Un día, mientras descansaban al borde de un río, conocieron a un hombre llamado Andrés. 2Él se presentó como un viajero y les habló de un lugar lejano, 3al oeste, en unas tierras que conocía como "Grecia". 4-6Según sus palabras, Grecia era un lugar donde la vida fluía como los ríos, y las tierras eran fértiles, llenas de oportunidades para los que deseaban prosperar. 7Andrés les ofreció su ayuda para avanzar en su viaje, 8guiándolos por los caminos que conocía. 9-10Guadramurgo, viendo la sinceridad en los ojos de este hombre, aceptó su propuesta, y a partir de entonces Andrés se unió a ellos. 11-12Durante los días que siguieron, Andrés enseñó a los discípulos de Guadramurgo muchas cosas sobre la tierra en la que estaban. 13Les habló de las montañas que debían cruzar, 14de los valles que debían atravesar, 15y de las costumbres y tradiciones de las gentes que encontrarían.

(3) 1Pero a pesar de la aparente bondad de Andrés, algo no encajaba. 2-3Había momentos en los que su mirada se nublaba, y su andar se volvía inquieto. 4Nunca hablaba demasiado de sí mismo 5y evitaba ciertas preguntas sobre su pasado. 6Los discípulos comenzaron a murmurar entre ellos, 7preguntándose si Andrés era todo lo que parecía ser. 8-9Sin embargo, Guadramurgo no juzgó al hombre por sus silencios, 10sino que lo acogió como un aliado.

(4) 1-3En su caminar, Guadramurgo les enseñaba a sus discípulos que "no todo lo que brilla es oro, pero tampoco todo lo que es opaco está lleno de tinieblas". 4Les habló de la importancia de la confianza, 5-6pero también les recordó que "la verdad, aunque tarde, siempre encuentra su camino". 7En este viaje, no sólo estaban buscando tierras fértiles, 8sino también una verdad que los liberara de sus dudas y miedos. 9Y así, continuaron su viaje con la esperanza de llegar a Grecia, 10-11pero sin perder de vista las lecciones de perseverancia y discernimiento que Guadramurgo les impartía.

Libro 2 Andrés

(1) 1Mientras avanzaban hacia el oeste, la inquietud de Andrés se hacía cada vez más evidente. 2Se volvía cada vez más distante, 3y sus ojos reflejaban una angustia interna que era imposible de ignorar. 4Una tarde, cuando se encontraban cerca de una aldea, 5Andrés, que normalmente guiaba a los discípulos con confianza, 6sugirió que descansaran en un pequeño claro cerca de los árboles. 7-8Era un lugar apartado, tranquilo, donde los viajeros podrían recuperar fuerzas antes de continuar. 9-11Pero en esa misma tarde, mientras el sol comenzaba a ponerse, un grupo de soldados apareció de entre los arbustos. 12-13Con una rapidez inesperada, rodearon a Guadramurgo y a sus discípulos, armados y listos para capturarlos. 14-16Los discípulos intentaron resistir, pero la superioridad numérica y la fuerza de los soldados pronto los derrotó. 17A Guadramurgo y a sus seguidores los llevaron prisioneros a una cárcel local, 18donde la incertidumbre sobre su destino los envolvía.

(2) 1-3Andrés, que había estado con ellos en el camino, ahora se encontraba de pie ante la puerta de la celda, mirando con aire culpable. 4Era evidente que había tenido algo que ver con la emboscada, 5pero no dijo una palabra. 6La tristeza y la ira se reflejaban en los rostros de los discípulos, 7pero Guadramurgo, aún con su serenidad intacta, 8se dirigió a ellos con una de sus enseñanzas: 9"Cuando el camino se vuelve incierto y la oscuridad nos rodea, 10es entonces cuando más debemos confiar en nuestra propia luz. 11La adversidad no nos define, sino la forma en que respondemos a ella." 12Guadramurgo, sin embargo, no permitió que la ira tomara el control. 13Decidió que debía enfrentarse a la situación de una forma diferente. 14En lugar de condenar a Andrés, lo miró y le dijo: 15"Si has hecho esto por miedo o por necesidad, te perdono. 16-17Sin embargo, si has actuado por traición, entonces tu corazón conocerá la verdadera carga de tus acciones." 18Andrés, sintiendo la pesada mirada de Guadramurgo, comenzó a sudar. 19Finalmente, tras algunos momentos de silencio, habló en voz baja: 20"Temí que los soldados me atraparan a mí también, 21y por eso los traicioné. Pero no sabía qué hacer... 22no podía soportar la idea de ser capturado." 23Guadramurgo, sin embargo, no se dejó llevar por el rencor. 24"El miedo es natural", dijo, 25"pero es nuestra respuesta ante él lo que nos define. 26-27Nadie está exento de caer, pero lo importante es levantarse después de la caída." 28-29Y así, en ese día oscuro, Guadramurgo no sólo ofreció sus enseñanzas de perdón y valentía, 30sino también una profunda reflexión sobre la naturaleza humana. 31En ese momento, aunque estaban tras las rejas, 32-33los discípulos entendieron que su verdadero liberador no era otro que su propia voluntad de seguir adelante, 34independientemente de las circunstancias externas.

Libro de Ramón

(1) 1-3Guadramurgo y sus discípulos, tras cruzar vastas tierras y enfrentarse a grandes desafíos, llegaron finalmente a la costa del Mar de Mármara. 4Allí, miraron al horizonte y vieron la tierra prometida, Grecia, 5más allá de las aguas que se extendían como un espejo frente a ellos. 6Pero no tenían barcos, ni medios para cruzar ese vasto mar. 7La duda y la frustración comenzaron a envolver a los discípulos, 8-9pues sentían que habían llegado hasta aquí solo para quedarse atrapados ante la orilla de lo que podría ser su salvación. 10Entonces, Guadramurgo, sabiendo que la respuesta a sus problemas no estaba en el desánimo, 11se dirigió a la gente de las aldeas cercanas en busca de sabiduría. 12-13Fue en ese momento cuando encontró a un hombre llamado Ramón, que vivía cerca de la costa. 14Ramón era un hombre de mirada sabia, que parecía conocer bien los caminos del mar. 15-18Al ser preguntado por Guadramurgo sobre cómo cruzar al otro lado, Ramón les explicó que había un antiguo camino hacia Bizancio, un puerto donde los barcos partían hacia Grecia. 19Sin embargo, para llegar allí, debían atravesar tierras inhóspitas, 20llenas de peligros, y necesitarían la ayuda de un buen compañero.

(2) 1"Debéis ir a Bizancio", dijo Ramón, 2"y en el camino, encontraréis a Ulises, un hombre que es conocido por su destreza en las travesías. 3Él os ayudará a cruzar al otro lado, pues sabe lo que muchos ignoran sobre las aguas y los vientos." 4Guadramurgo, siempre agradecido por la ayuda, aceptó el consejo de Ramón. 5Y así, Ramón los guió hasta la entrada de Bizancio, 6pero antes de partir, les dejó una enseñanza: 7"El viaje no siempre es fácil ni directo. 8Muchas veces, lo que parece un obstáculo es solo una lección disfrazada. 9Mirad más allá de lo evidente y encontraréis el camino que busca vuestra alma." 10-11Con esas palabras resonando en sus corazones, los discípulos de Guadramurgo continuaron su camino hacia Bizancio, 12decididos a no rendirse ante los obstáculos que pudieran encontrar.

Libro de Ulises

(1) 1Después de varios días de viaje, Guadramurgo y sus discípulos finalmente llegaron a Bizancio, 2donde encontraron a Ulises, el hombre que Ramón les había mencionado. 3-4Ulises, conocido por su habilidad para navegar y su sabiduría sobre el mar, les ofreció su ayuda sin dudar. 5"Vuestro destino es llegar a Grecia", les dijo. 6-7"El mar no será un obstáculo, sino un paso más en vuestro camino."

(2) 1-2Ulises, con su confianza inquebrantable, les enseñó cómo construir una balsa resistente y cómo leer las estrellas para navegar durante la noche. 3-7A lo largo del viaje, les compartió historias de sus propias travesías y luchas, y cómo, en cada uno de sus desafíos, había aprendido a escuchar su interior, a confiar en su intuición y a mantenerse firme en sus decisiones. 8Durante el cruce del mar, una gran tormenta se desató, 9pero gracias a las enseñanzas de Ulises, lograron sortearla sin grandes pérdidas. 10El mar rugió, pero el espíritu de los discípulos y la sabiduría de Ulises los mantenían a salvo. 11Finalmente, tras muchas horas de navegación, llegaron a las costas de Grecia.

(3) 1Sin embargo, después de haber cumplido su misión, Ulises cayó enfermo. 2-4Sus fuerzas se agotaron, y mientras los discípulos de Guadramurgo preparaban su campamento en la orilla, 5Ulises murió en la paz del mar que tanto había amado. 6-7Su sacrificio no pasó desapercibido, y Guadramurgo, con profundo respeto, habló a sus discípulos: 8"Ulises, como todo hombre que busca su destino, encontró su camino en la entrega. 9-11Nos ha mostrado que no importa cuán difícil sea el viaje, lo importante es que, en cada paso, permanecemos fieles a nosotros mismos."

(4) 1La muerte de Ulises, aunque trágica, marcó un punto de cambio en el viaje de Guadramurgo. 2El cielo, que hasta entonces había sido claro, comenzó a nublarse. 3Un viento fuerte sopló desde el oeste, 4-5y las estrellas que guiaron a los discípulos a través del mar parecieron brillar con una luz distinta, 6como si una nueva era se estuviera abriendo ante ellos. 7-8Fue entonces cuando, mientras observaban las estrellas en el firmamento, los discípulos sintieron un cambio profundo en sus corazones. 9-13La enseñanza de Ulises, la determinación de Guadramurgo, y la travesía que habían recorrido hasta ahora, les mostró que el camino hacia la verdadera libertad no era solo un viaje físico, sino una travesía interior. 14Y así, se iluminó el cielo, como si un nuevo ciclo comenzara. 15-16Los discípulos, mirando el horizonte, comprendieron que lo que les aguardaba no solo era un nuevo destino, 17sino una nueva visión del mundo. 18La luz que brillaba en el firmamento reflejaba la verdad que, hasta entonces, solo había estado oculta. 19Y con esa luz, comenzaron a caminar en la oscuridad, 20con la certeza de que su viaje estaba lejos de haber terminado.

Nuevo Testamento

Libro de la Odisea

(1) 1Y así continuaron el viaje Guadramurgo y sus discípulos, 2cruzando tierras y mares, siempre avanzando hacia su destino. 3Desde que dejaron Bizancio, las autoridades del imperio les pisaban los talones. 4-5Los soldados, enfadados por no haber podido atraparlos en su huida, comenzaron a perseguirlos incansablemente, 6por tierras y caminos, hasta que el polvo de sus pies se levantaba con cada paso. 7En su huida, encontraron peligros y momentos que oscilaban entre lo ridículo 9y lo desafiante. 10Un día, al cruzar un río de aguas furiosas, los soldados se detuvieron al otro lado, 11-12incapaces de cruzar el caudaloso río, mientras los discípulos de Guadramurgo lograban atravesarlo con facilidad, riendo ante la torpeza de los perseguidores. 13Otra vez, al pasar por un bosque denso, los soldados se enredaron con las ramas y cayeron al suelo, 14-15mientras Guadramurgo y sus discípulos se deslizaban sigilosamente entre los árboles, como sombras en la noche.

(2) 1A veces, las persecuciones parecían casi cómicas, 2pues los soldados tropezaban con su propia torpeza, 3-4y las estrategias de escape de Guadramurgo y sus discípulos se tornaban cada vez más astutas y burlonas. 5-6Como cuando, al llegar a un campo de maíz, crearon señales falsas para confundir a sus perseguidores, 7-9o cuando se escondieron dentro de un grupo de viajeros que se dirigían al mercado, riendo a carcajadas ante lo absurdo de la situación. 10Pero en medio de todo esto, Guadramurgo mantenía su calma, 11y a sus discípulos les enseñaba la paciencia y la importancia de no perder el enfoque. 12"El mundo está lleno de distracciones", decía, 13"pero el verdadero reto no es el enemigo que nos persigue, 14sino mantenernos fieles a lo que buscamos."

(3) 1Finalmente, después de muchas peripecias, llegaron a Atenas. 2-4Allí, los perseguidores de Bizancio, exhaustos y derrotados, decidieron abandonar la búsqueda, pues ya no podían encontrar ni rastro de Guadramurgo y sus discípulos. 5-6Los cielos se despejaron, y por fin la paz pareció encontrar su camino, como un descanso después de una tormenta interminable. 7Y en ese momento, cuando todo parecía calmarse, Guadramurgo se dirigió a sus discípulos: 8"No es la huida lo que nos define, sino la dirección hacia la que caminamos. 9No dejéis que el ruido del mundo apague la voz de vuestra conciencia. 10-11Aquellos que os persiguen solo conocen un camino, pero el verdadero camino es el que trazáis con vuestros propios pasos."

Libro de Jorge

(1) 1-2Y así, en Atenas, Guadramurgo y sus discípulos continuaron con su misión de expandir sus enseñanzas. 3-4Predicaban en las plazas, hablaban con los sabios y con los humildes, y dejaban una semilla de sabiduría dondequiera que pasaban. 5-7Fue entonces cuando conocieron a un hombre llamado Jorge, un hombre sabio, de corazón generoso, que había oído hablar de las enseñanzas de Guadramurgo y decidió acercarse a él. 8Jorge, con la humildad de quien busca el conocimiento verdadero, 9se unió a ellos, dispuesto a aprender y a ayudar en todo lo que pudiera. 10"El mundo está lleno de ruido, pero hay quienes escuchan más allá de lo evidente", dijo Jorge, 11y Guadramurgo le sonrió, pues en ese momento vio en él una chispa de sabiduría.

(2) 1Guadramurgo, siempre dispuesto a compartir lo que había aprendido, 2-4se sentó con Jorge y sus discípulos, y les enseñó cómo orar, cómo conectarse con la esencia más profunda de su ser y con un supuesto dios. 5Y les dijo: "Cuando oréis, no busquéis solo palabras vacías. 6Orar es mirar dentro de uno mismo y encontrar la verdad que yace en lo profundo del alma. 7-8Que vuestra oración no sea una cadena de palabras sin sentido, sino un susurro del corazón que se eleva hacia lo más alto." 9Y les enseñó cómo debían orar, de una manera simple pero poderosa: 10"Que mi alma busque la verdad en cada paso que doy, 11que mis palabras sean el reflejo de mi corazón, 12que mi ser sea libre de la oscuridad 13y que la luz guíe mis decisiones. 14Así como el viento no se ve, pero lo sentimos, 15que mi fe sea una fuerza invisible que me guíe. 16Que la paz sea mi compañera y la sabiduría mi guía." 17-18"Y si alguna vez dudo, que mi corazón me recuerde que la respuesta no está en el ruido, sino en el silencio. 19-20Que mi oración sea como un río tranquilo, que fluye hacia el océano de la verdad, y que nunca se detenga."

(3) 1Guadramurgo, con una mirada profunda, les dijo a sus discípulos: 2"Orar no es pedir, es conectarse con lo que ya sabemos. 3La verdadera oración es aquella que te cambia a ti mismo, 4que transforma tus pensamientos y acciones. 5No busquéis respuestas en las estrellas, sino en el silencio de vuestro ser." 6-9Y así, los discípulos de Guadramurgo, con el tiempo, comenzaron a entender que la oración no era solo una forma de pedir algo a una fuerza externa, sino un acto de autoconocimiento, un momento de calma en medio del caos.

Libro 1 Sergio

(1) 1-4Y sucedió que, mientras Guadramurgo y sus discípulos seguían predicando por las tierras de Grecia, en una de las plazas de una ciudad llamada Corinto, encontraron a un hombre llamado Sergio. 5-6Era un hombre curioso, con ojos llenos de preguntas y con un deseo profundo de entender los misterios del mundo. 7-8Se acercó a Guadramurgo y le dijo: "Maestro, he escuchado hablar de tus enseñanzas y del camino que sigues. 9¿Cómo puedo unirme a ti y compartir lo que sabes con los demás?" 10Y Guadramurgo, mirando en los ojos de Sergio, vio sinceridad y deseo de aprender. 11"Si buscas la verdad, no la hallarás en las multitudes ni en los templos, 12sino en los rincones silenciosos de tu ser. 13Sígueme, y te mostraré cómo expandir la verdad."

(2) 1Y así, Guadramurgo, sus discípulos y Sergio comenzaron un largo viaje a través de Grecia, 2predicando en cada pueblo, en cada ciudad. 3Había quienes los recibían con los brazos abiertos, interesados en sus ideas; 4-5pero también había quienes, por no entender o por temer lo que representaban, comenzaron a dudar de las palabras de Guadramurgo. 6-7Algunos, motivados por la ignorancia o el miedo, comenzaron a planear cómo desacreditar a Guadramurgo y sus enseñanzas. 8"Todo hombre tiene derecho a elegir su camino", decía Guadramurgo, 9"pero no temáis a las diferencias, porque sólo en la diversidad se encuentra la verdadera fortaleza." 10Y los discípulos, a su vez, difundían este mensaje, 11-12enseñando que la única forma de crecimiento verdadero era el respeto mutuo y la aceptación de las distintas creencias y formas de vida. 13Sin embargo, mientras seguían su viaje, las sombras de la oposición crecían cada vez más fuertes.

Libro 2 Sergio

(1) 1Los días pasaron, y Guadramurgo y sus discípulos llegaron a Esparta. 2En esa ciudad, la oposición a sus enseñanzas había crecido, 3y las voces en contra de su filosofía se alzaban con fuerza. 4-5Aquellos que no estaban dispuestos a aceptar la libertad de pensamiento, que temían perder su poder sobre las masas, decidieron actuar.

(2) 1La revuelta se desató. 2Los seguidores de Guadramurgo fueron capturados y encarcelados, 3y Jorge, quien siempre había estado al lado de su maestro, también fue arrestado. 4Pero lo peor estaba por venir. 5-6Sergio, quien hasta ese momento había sido fiel y había acompañado a Guadramurgo en su misión, comenzó a alejarse de él. 7La presión de la oposición era demasiado grande, y los temores personales comenzaron a nublar su juicio. 8En un momento de debilidad, Sergio traicionó a Guadramurgo. 9"Lo siento, maestro", dijo Sergio con una voz vacilante, 10"pero no puedo seguir. 11La situación se ha vuelto insostenible. 12Ellos me han prometido cosas que no puedo rechazar." 13Guadramurgo, con su serenidad habitual, lo miró y le dijo: 14"La verdadera libertad no es algo que se pueda vender, Sergio. 15-16La libertad es el poder de vivir de acuerdo con nuestra propia naturaleza, sin someterse a las promesas vacías de aquellos que temen a la verdad." 17-18Y así, Sergio abandonó el grupo, dejando a Guadramurgo y sus discípulos solos ante la adversidad.

(3) Poco después de que Sergio se alejase, los soldados llegaron y arrestaron a Guadramurgo. 2Fue llevado ante las autoridades, 3quienes lo acusaron de sembrar discordia y de desafiar las creencias establecidas. 4Decidieron que debía ser castigado, 5y así lo llevaron a la plaza central de Esparta, donde todos pudieron verlo. 6"Antes de que me hagan cualquier daño", dijo Guadramurgo con voz firme, 7"les pido un último deseo. Que me den una última comida, 8-9una comida sencilla, que simbolice lo que siempre he predicado: la simplicidad y la verdad." 10Y ante la mirada de todos, Guadramurgo comió una piedra, 11porque la piedra es lo que permanece, lo que no cambia, lo que no se corrompe.

(4) 1Luego, los soldados lo obligaron a cargar una cruz. 2-3No era una cruz común, sino una cruz pesada, cargada con el peso de la injusticia, desde Esparta hasta el monte Olimpo. 4Durante todo el trayecto, Guadramurgo caminaba sin quejarse, 5llevando la cruz sobre sus hombros, mientras los discípulos observaban, llorando en silencio.

(5) 1Al llegar al monte Olimpo, lo colgaron en la cruz, 2pero no como lo hicieron con otros antes que él. 3La crucifixión de Guadramurgo fue distinta, más cruel y dolorosa, 4pues lo colgaron de una manera que nadie había visto antes, 5colgando solo de los testículos, 6como si sus sufrimientos fueran una burla para aquellos que no entendían la verdad de su mensaje.

(6) 1Y así, al día siguiente, Guadramurgo, colgado de la cruz, falleció. 2Pero en su muerte, no se extinguió su mensaje. 3-7Al contrario, la luz de su verdad brilló con más fuerza que nunca, pues aquellos que lo habían seguido se levantaron, inspirados por su ejemplo, y llevaron su palabra a las futuras generaciones.

Libro de Guadramurgo

(1) 1-3Después de tres días de sufrimiento y soledad, cuando la esperanza parecía desvanecerse en los corazones de los discípulos y de Jorge, una noticia llegó: 4sus cadenas habían sido rotas, y la opresión que había caído sobre ellos había llegado a su fin. 5-6Los discípulos, llenos de una nueva fuerza, corrieron hacia el monte Olimpo, esperando encontrar a su maestro, a Guadramurgo. 7Sin embargo, al llegar, encontraron la cruz vacía. 8El maestro ya no estaba allí, y los guardias que custodiaban el lugar tampoco entendían cómo había desaparecido. 9El silencio llenaba el aire, como si el propio Olimpo estuviera conteniendo la respiración.

(2) 1De repente, en la distancia, una figura apareció. 2Su silueta era la de un vagabundo, pero el corazón de los discípulos reconoció en él a su líder. 3Era Guadramurgo. 4Había regresado. 5Con gran emoción, los discípulos corrieron hacia él, 6y las lágrimas llenaron sus ojos al verlo con vida, de pie ante ellos. 7Pero, al mismo tiempo, una nueva amenaza se cernía sobre ellos. 8-9La oposición, temerosa de lo que Guadramurgo representaba, comenzó a acercarse para atacarlos. 10Pero en ese preciso momento, el cielo comenzó a despejarse. 11Una luz dorada emergió del firmamento y apareció ante ellos, brillando con una intensidad cegadora: 12La Piedra Dorada. 13Los enemigos de Guadramurgo, al verla, se llenaron de terror. 14Nunca antes habían presenciado tal fenómeno, y, presa del pánico, comenzaron a huir, 15desapareciendo en la lejanía como sombras ante la luz de la verdad. 16-17En medio de este caos, Sergio, quien había llegado junto con la oposición, tropezó y cayó por un precipicio cercano. 18-19La multitud observó en silencio cómo su cuerpo desaparecía en la oscuridad, un recordatorio de las consecuencias de la traición.

(3) 1-2Guadramurgo, observando la escena, miró a sus discípulos y a Jorge con una serena sabiduría, como si todo hubiera llegado a su fin. 2"Aunque nunca he visto a ningún dios", dijo con voz firme, 3"sé que debe de haber uno. 4La vida misma, la naturaleza, el orden del universo, todo esto habla de un ser superior, 5que no necesitamos ver con nuestros ojos, pero sentimos en nuestras almas." 6Y, mirando a todos con una profunda compasión, continuó: 7"He hecho mi parte. He hecho lo que debía. Ahora es momento de irme." 8Con esas palabras, los discípulos y Jorge lo miraron, 9sabiendo que su tiempo con él estaba llegando a su fin. 10Pero en sus corazones, sabían que la misión de Guadramurgo no había terminado. 11Al contrario, era solo el comienzo.

(4) 1Antes de partir, Guadramurgo les dio sus últimas instrucciones. 2"Expandan mis enseñanzas a las futuras generaciones, por todo el mundo. 3No porque lo diga yo, sino porque la verdad debe ser conocida, 4porque la libertad de pensamiento es un derecho que no debe ser arrebatado a nadie." 5Y, con esas últimas palabras, Guadramurgo se despidió. 6-7Su figura desapareció lentamente en el horizonte, como una sombra disuelta por la luz del amanecer. 8-9Los discípulos, aunque tristes, comprendieron que su maestro había dejado una huella imborrable en sus corazones. 10El mundo entero debía conocer su mensaje, y esa tarea ahora recaía sobre ellos.

(5) 1Justo en ese momento, la Piedra Dorada cayó del cielo con un estrépito ensordecedor. 2Se incrustó en la cima del monte Olimpo, 3brillando con un resplandor que iluminaba todo el horizonte. 4Los discípulos se acercaron, pero no pudieron moverla. 5-7Era un símbolo, un mensaje de que solo aquellos que de verdad buscaban la verdad con pureza de corazón podrían obtener acceso al cielo. 8Y así, con el tiempo, y aunque nunca más se volvió a saber de Guadramurgo, la Piedra Dorada se convirtió en un símbolo de esperanza, 9una llamada a la perseverancia y al sacrificio en la búsqueda del conocimiento y la sabiduría. 10Y si Guadramurgo algún día regresa, el mundo se salvará de la destrucción.

FIN